5 Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo bien
en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores,
6 para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo,
por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros.
7 Mas no todos tienen este conocimiento. Pues algunos,
acostumbrados hasta ahora al ídolo, comen la carne como sacrificada a los
ídolos, y su conciencia, que es débil, se mancha.